Hidratar y nutrir
Las imperfecciones
La piel deshidratada está caracterizada por una película hidrolipídica alterada y por la falta de sustancias que retienen el agua. Estas condiciones comportan una pérdida excesiva de las reservas hídricas cutáneas y la piel aparece seca, áspera, poco elástica y agrietada. Estas son las primeras manifestaciones cutáneas de los signos del paso del tiempo. De hecho, la deshidratación comporta a menudo una tez apagada y la formación de arrugas incluso en las personas jóvenes.
La solución que ofrece DIBI MILANO es una intervención específica que devuelve a la piel la cantidad correcta de agua, reactivando los mecanismos naturales de autohidratación cutánea. Una verdadera reserva de hidratación, tanto superficial como profunda, que se libera de forma progresiva y prolongada.